
El cuerpo y la mente humana poseen una gran sabiduría. Desde el principio se están cocinando todos los elementos que constituyen la sopa que da paso a la vida como la conocemos. Nuestro cuerpo y mente, nuestro espíritu y nuestro ser, es el resultado de millones de años del cultivo de la creación. Poseemos en nosotros una gran energía acumulada a través del tiempo con poderes que están aún esperando a ser explotados y otros ya existentes que están conscientemente – e inconscientemente – siendo olvidados. El ser humano en todo esplendor es una criatura que posee un grado de libertad como ninguna otra que exista o haya existido sobre la faz de este planeta. Poseemos la habilidad de interpretar las formas de lo existente e invocar imágenes que nos permiten crear una relación entre las circunstancias presentes con eventos del pasado para darnos una visión de aquello que aún no ha sucedido. En otras palabras, los seres humanos poseemos una gran habilidad para ver el futuro, pero mas importante aún es nuestra capacidad de actuar sobre tal visión, es lo que los antiguos llamarían “libre albedrio”. Esta libertad, es nuestro mas grande poder, es nuestra gran bendición pero también nuestra mayor fuente de sufrimiento, es la enfermedad pero también puede ser la cura, es la culpa y es el perdón, es el miedo y es el amor, puede ser lo todo y también puede ser la nada, pero siempre va a ser una cosa, tú decisión.
Como economista estoy constantemente estudiando como estas decisiones afectan los aspectos inherentes a la escases de los recursos y la optimización del uso de los mismos, pero considero mucho mas importante aún los mecanismos que conllevan a las sociedades, familias e individuos a tomar dichas decisiones. La idea de que las sociedades forjan a las personas que la conforman es acertada solo dentro de los aspectos sociológicos, pero estos aspectos siempre vienen precedidos por factores psicológicos que no se cultivan a nivel macro en las sociedades sino inicialmente en un día a día de convivencia y educación dentro de los hogares. La suma individual de todas las partes hace la sociedad, no al revés. Como empresario y hombre de negocios, he decidido dedicar una serie de recursos y tiempo para entender como se pueden establecer parámetros que puedan hacer del ecosistema que constituye una sociedad (i.e: una empresa, un gobierno, una familia, etc) mas productiva y ultimadamente mas próspera. La conclusión es inequívoca es irrefutable,
La familia es la base de la sociedad lo es hoy y siempre lo ha sido. Como ser humano y padre de familia también enfatizo de manera reiterativa la importancia de la educación a todos los niveles en todas las edades. No me refiero únicamente a la construcción del conocimiento especializado, de la clase que se enseña en las escuelas y las universidades sino de la clase que lleva un sello de curiosidad impreso por los valores y principios en la base de la consciencia de cada individuo. La educación a la que aquí estoy haciendo referencia – aparte del conocimiento generalizado – es a la educación de vida, si se puede catalogar de esa manera. Hablo del arte de ser humano, un concepto abstracto el cual nunca se puede dejar de observar y estudiar. Es por consiguiente la falta de educación lo que genera incertidumbre en el hombre tanto de manera individual como en su conglomerado.
Es un punto de suma observación como hoy por hoy se le da una connotación figurativa y simbólica al dicho, “la familia es la base de la sociedad”, cuando el mismo es un veredicto y ha de ser tomado de manera literal. Tanto la frase como su interpretación es promovida por gobiernos y estados, se incentiva dentro de las culturas de las empresas y las organizaciones de carácter económico, también viene implícita en casi todos los sermones impartidos en los diferentes templos y se enseña en las clases de sociología de las escuelas. Sin embargo, para que el mensaje sea realmente entendido, las cabezas de hogar deben mostrárselo a sus hijos y generaciones de relevo a la edad mas temprana posible, no solo con palabras sino a través de el ejemplo y la práctica de los valores que se prediquen en cada familia y la sociedad donde se desenvuelvan. La vida de hoy esta llena de una serie de complejidades sin precedentes en la historia de la humanidad. A través de los siglos hemos pasado por momentos muy duros, de enfermedades, de guerras, de crisis económicas y toda clase de penurias, pero nunca antes había sucedido tanto al mismo tiempo y de una manera tan interconectada. En un mundo donde rara vez nos sentamos en la mesa a comer conscientes de lo afortunados que somos de tener un plato lleno de alimentos, donde se obvian las normas del buen oyente porque el celular es mas importante que la persona que se tiene en frente, donde rara vez vemos hacia el cielo y observamos la inmensidad del cosmos, la grandeza del océano o de nuestras montañas, en un mundo cada vez mas globalizado donde el grueso de los recursos pertenecen y son administrados por personas que nunca mueren (i.e: empresas y organizaciones de carácter jurídico) y la tecnología permite a la información viajar a la velocidad de la luz, el concepto de lo finito de la vida pasa desapercibido la mayor parte del tiempo y pareciera que el mismo solo esta dispuesto a abordarnos únicamente cuando nuestra laptop y celular agotan sus baterías. Aunado a esto, nadie pareciera estar dispuesto a conversar al respecto, a menos que también se hayan quedado sin batería y por su puesto no consigan sus cargadores.
A veces me pregunto si es que estos asuntos son mas vergonzosos que dolorosos, pero independientemente del caso es necesario que se aborden de manera orgánica día a día, por ejemplo, la hora de la comida es un momento bastante práctico e ideal; es un hecho, la mesa une a la familia. Finalmente, como hombre contemporáneo he decidido publicar esta web para expresar los asuntos anteriormente mencionados y otros inherentes a la vida los seres humanos hoy en día. Con todas sus complejidades, aquí buscamos analizar temas como: los negocios, el liderazgo, la tecnología, el arte, la meditación, mindfulness, la literatura, el deporte, la ciencia, la economía, la sociedad y su demografía, cómo y qué significa tener un título, una posición, hacer dinero, poseer un estatus dentro de la sociedad, manejar empresas, manejar recursos, manejar un empleo, manejar una familia y/o los hijos, o simplemente como cuidar de tu cuerpo, tu mente y tu espíritu; es decir, ¿cómo se “gerencia” la vida propia actualmente?
Esta página está dedicada a mi familia, a mi esposa e hijos, a mis amigos y seres queridos, y a todos aquellos quienes deseen compartir su visión del mundo y lo que significa la vida del ser humano contemporáneo.
- Walter Mehrer.

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